Este Blog ha nacido para dejar volar la imaginación, y al igual que las mariposas, anuncian su presencia con el aleteo de las alas, espero de vez en cuando volar para encontrar historias que contar.

23 de septiembre de 2013

Mi nieta Lidia


A María Calzada y su nieta
que es una preciosidad.

 Mi nieta Lidia

Miré los ojos que tanto me miran

bellos como una tarde de verano

y vi dos lunas de mirada suave

iluminando con su luz mis campos..



El alma henchida de emoción y mimo

acarició con suavidad su cara

y el beso desplegó mis labios curvos

para pintar lo que me dijo el alma... 



Sentí en latir de un corazón saltando

y unos brazos abarcando distancias

se deslizaron por mi cuello suaves

como una seda virgen, delicada.



Noté el broche de sus manos cerrando

sobre mi nuca, el tiempo de sus ansias,

y el beso dulce que esperaba ansiosa

pinto en colores de alegría mi cara.


Sus labios nuevos de palabras nuevas

se deslizaron hasta mi garganta,

subieron al oído y tenuemente,

como el amante lo hace con su amada,



me susurró cual delicada espuma

de ola que muere al descubrir la playa,

¡te quiero, abuela, yo te quiero mucho…!

Paré las cataratas de mis lágrimas,



que acudieron a mí, sin yo quererlo,

desde lo más profundo de mi alma,

y apretando el anillo de mis brazos

sobre su cuerpecillo de aguas claras



susurre en sus oídos el “ te quiero!”

más hermoso que nadie susurrara.

Sentí su corazón que daba brincos

y su abrazo que alegre me llenaba,



con sensaciones de cariños nuevos

con emociones que me desbordaban.

La magia del momento del “¡ te quiero!”

quedo por siempre en mi memoria anclada.



Al día siguiente, como si el contrato

de nuestro amor ella certificara,

abrió sus manos y unas florecillas

me ofreció por reafirmar que me amaba.

M. Pablos